Expliquemos un poco más sobre qué es el IOF, cómo funciona, citemos sus impactos en las operaciones financieras del país y aprendamos a calcularlo correctamente.
Seguramente ya has oído hablar o pagaste algún impuesto cuando realizaste una compra en el extranjero, tomaste un préstamo o trasladaste algunas de tus inversiones, si es que tienes alguna. Estamos hablando de las FOI. Este impuesto federal fue creado para controlar el mercado financiero, reduciendo las transacciones en las que las personas invertían dinero en un día y lo canjeaban horas después. Sabiendo esto, expliquemos un poco más sobre qué es el IOF, cómo funciona, citemos sus impactos en las operaciones financieras del país y sepamos calcularlo correctamente.
El IOF (Impuesto sobre Transacciones Financieras) es un impuesto federal que pagan particulares y empresas por cualquier transacción financiera. Entre ellas se incluyen los préstamos, la financiación, las inversiones y los seguros.
Introducido por primera vez el 20 de octubre de 1966, el IOF se utiliza como medio de control de la economía del país. Al ser un impuesto federal, significa que toda la recaudación va directamente a la Unión, que se encarga de redistribuir los recursos, según lo establecido en el plan económico.
Es importante señalar que el tipo del IOF varía en función de cada tipo de operación de crédito, a excepción de los plazos de crédito sin intereses.
El IOF grava las operaciones de crédito, seguros, divisas, valores y bienes inmuebles. Como cada transacción tiene sus propias variaciones, mencionaremos sus características a continuación.
El impuesto IOF grava las tarjetas de crédito utilizadas en el extranjero, tanto en línea como en persona. Se cobra un 6,38% de IOF sobre el importe total de una compra realizada fuera del país, tanto si se trata de una tarjeta de crédito como de una tarjeta prepago (utilizada para recargar una cantidad determinada antes de viajar).
Tenerla en sus viajes es muy beneficioso, por un lado, ya que es el medio de pago más utilizado por las empresas. Entre sus ventajas destacan:
El IOF grava el seguro de dos maneras: sobre la prima o sobre el importe pagado, al contado o a plazos, a la aseguradora. Los tipos pueden variar entre el 0,38% y el 25%.
Si ha contratado un seguro de vida, el impuesto será del 0,38% de la prima. Si tiene asegurado su coche o cualquier otro bien, pagará un 7,38% de IOF sobre el importe abonado a la compañía.
En el caso de los préstamos y diversos tipos de financiación, se cobra un 0,38% de IOF sobre el importe total, más un porcentaje del 0,0082% diario, en función del periodo de pago de los créditos solicitados.
Está exento del IOF si financia una vivienda.
Determinadas inversiones varían la cuantía del IOF a pagar en función del tiempo transcurrido entre la inversión y el reembolso de lo transferido. El porcentaje puede oscilar entre el 96% y el 0, y están exentos los inversores que esperan más de 30 días para transferir su dinero.
El porcentaje es del 96% del importe total si se retira el dinero un día después de invertirlo, y del 3% del importe si se retira después de 29 días de inversión. Las siguientes inversiones están incluidas en el IOF:
Las inversiones realizadas en ahorro, LC o LCI están exentas del IOF y pueden rescatarse en cualquier momento sin perder valor.
Para conocer el importe correcto del IOF de su factura, préstamo o seguro, basta con tomar el importe total de la operación y compararlo proporcionalmente con el total de cada operación financiera. A continuación te damos los mejores consejos para calcular el IOF:
Al leer este contenido, habrá comprendido qué es el IOF y cuáles son sus principales repercusiones en las finanzas, además de saber a qué operaciones financieras afecta.